En diálogo con el colega Diego Vain, de El Territorio de Misiones, Wilson Acosta profundizó sobre sus intenciones deportivas y dejó al desnudo un sentimiento que se reitera mucho en los más chicos: “Ahora se van muchos chicos para Francia y España. Se van porque acá no lográs nada para vivir del vóley”.
LA NOTA – Wilson Acosta vivió un gran 2019 y planeaba un 2020 mejor, pero la pandemia del coronavirus rompió con sus esquemas. Sintió el golpe de no poder continuar con lo que tenía pensado, de jugar la División de Honor con Defensores de Banfield en Buenos Aires y de continuar con sus convocatorias a la selección, pero usó el tiempo para pensar y soñar en grande.
El Mundial U19 del año pasado en Túnez, en el que el misionero y la selección argentina se subieron al tercer puesto, significó para el de la Tierra Colorada mucho más que un torneo. Fue un click en la vida y las aspiraciones del joven de 19 años.

“Creo que tengo muchas condiciones para vivir del vóley”, confesó el misionero que apunta a Italia, una de las grandes ligas del mundo y que tiene a un par de argentinos como figuras y mucho de eso tiene que ver que el deporte no es tan valorado en nuestro país.
“Una vez que te vas podés armar una buena carrera. Acá en Argentina no está valorado el vóley. En cada liga importante del mundo hay un argentino en el equipo que se destaca”, contó Acosta, quien regresó a Misiones para realizar la cuarentena.
El joven deportista ganó el año pasado con Defensores de Banfield la plaza para jugar este año en la máxima categoría, pero ese sueño se frustró, al menos por un tiempo.
“Me cuesta encontrar una motivación para entrenar”, reconoció. “Nosotros íbamos a jugar la División de Honor, que es la máxima categoría en Buenos Aires, y yo estaba muy emocionado con eso. El año pasado ascendimos y este año íbamos a jugar en Primera y cuando nos dijeron que no fue un golpazo y me dejó mal. Cero ganas de nada”, explicó Acosta.
De todas maneras, el voleibolista de Cerro Azul se mantiene en forma, a la espera de que regrese la actividad: “Entreno en el patio de mi casa, que ahí estoy más tranquilo. Obviamente que es difícil. Estoy acostumbrado a entrenar tres veces por día, con pesas y pelotas y ahora que no podemos hacer eso es complicado”.La otra gran apuesta de Acosta era la selección argentina. “Teníamos la concentración a mediados de marzo y ahora se cortó todo”, se lamentó y contó que “hicimos videollamadas con jugadores. De las charlas que tuvimos los jugadores hablaron más de ellos y no te daban consejos y no salían mucho de ellos”.
Pero a esta situación negativa, Wilson encontró el tiempo para repensar lo que quiere y para fijarse metas bien grandes. “Creo que tengo muchas condiciones para vivir del vóley”, aseguró el misionero.
“Conozco profesionales que tienen las mismas condiciones que yo, que pasaron por los mismos procesos y viven del vóley y pienso que si ellos pudieron por qué yo no”, expresó confiado.
El de la Tierra Colorada sabe que eso no será sencillo y que tendrá que dejar Argentina para lograrlo. “Ahora se van muchos chicos para Francia y España. Se van porque acá no lográs nada para vivir del vóley”, argumentó en cuanto a su decisión firme de ser profesional.
Cambio de mentalidad
El año pasado, Wilson integró el plantel argentino que fue tercero en el Mundial U19 en Túnez. Ese torneo le demostró al misionero que está para soñar con cosas grandes.
“Antes del Mundial no había pensado que podía ir a vivir a otro lado. Nunca pensé que iba a salir de Sudamérica”, confesó. Ese torneo marcó un antes y un después para el de la Tierra Colorada.
Ese cambio de la cabeza también lo empezó a acompañar con hábitos y aprendizajes que necesita un profesional. “Cuando pasó todo eso (del viaje) me di cuenta de que tenía que aprender inglés. Además en mi carrera(administración de empresas) lo necesito”, explicó el joven que se prepara dentro y fuera de la cancha para vivir del deporte que ama.
El destino no lo sabe, pero Wilson tiene claro hasta donde le gustaría llegar. “Me gustaría mucho vivir en Italia, tanto por el vóley como por el país”, aseguró y recordó que “antes del Mundial pasamos por Italia y quedé encantado”.
“Ya desde chico siempre quise vivir en Italia. Me gusta su historia, el Coliseo”, contó y también lo deportivo tiene un rol importante: “En Italia está Luciano De Cecco, armador de la selección, también está Sebastián Solé, uno de los mejores centrales del mundo”.
En cuanto a su juego y a su llegada a la selección, Wilson es consciente de que fue vital su ex entrenador Alejandro Aldana y valoró las enseñanzas del DT: “Me ayudó mucho con eso, para comprender el juego”.
“Siento que mejoré muchas cosas respecto a la visión de juego. Aprendí mucho sobre cómo leer el juego. Allá (en Buenos Aires) tenés un sistema de juego, un sistema de defensa, un sistema de bloqueo, es todo un mecanismo. Por suerte me acostumbré rápido. Las primeras semanas me costó comprender la lectura del bloqueo. Acá (en Misiones) el juego es más lento y allá vas mucho más rápido y me costó por ese lado”, comentó.
En cuanto a lo que se viene para el vóley, Wilson aseguró que la vuelta tardará. “En Buenos Aires va para largo. Dicen que para septiembre recién abrirían de a poco algunas cosas porque siguen aumentando los infectados y los clubes van a ser los últimos en abrir”, se lamentó, aunque acompaña las medidas para evitar la propagación masiva del virus.
A pesar de que es complicado entrenar sin la meta de jugar un torneo en el corto plazo, Wilson avisó que “ahora voy a arreglar para poder ir a entrenar a un gimnasio, porque hace bastante que no toco una pesa” y que en este momento “tenés que tener más responsabilidad de cuando estaba en el club”.“Ahora se define quién está y quién no”, aseguró el misionero que sueña con hacer su carrera afuera y poder vivir del vóley.
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