La salida de Bolívar de la Liga de Vóleibol Argentina es una muerte anunciada. Desde el momento en que Javier Weber eligió continuar con su carrera profesional en el exterior, el ánimo de Marcelo Tinelli sintió un cimbronazo. El conductor se mueve por emociones, el empresario por objetivos económicos y políticos. Quiere trepar en la AFA y quiere ascender al Club Ciudad de Bolívar al Torneo Federal A. La inversión, ahora, está puesta ahí. La pandemia sanitaria, el mar de incertidumbres que rodea a la ACLAV, solo apuraron los trámites. Sobraron indicios, sobraron esfuerzos, pero esta vez, a diferencia del 2013, el salvataje no fue posible.
A mediados del 2013 Marcelo Tinelli decidió dejar de financiar el vóleibol profesional del Club Ciudad de Bolívar. Javier Weber había decidido, después de 7 años en el club, aceptar una propuesta para dirigir al Dynamo Krasnodar de Rusia. Era una decisión personal ligada también a su salida de la Selección Argentina. Para el conductor, el golpe fue directo al mentón. En el momento en que perdió la conducción técnica de su amigo, buscó el reparo por otro lado: el básquet de San Lorenzo. En ese momento, otra coincidencia fue que tuvo un año muy complicado y casi alejado 100% de la TV. Similar a este 2020.
Por entonces, el pueblo bolivarense y sus hinchas se levantaron del silencio y habitual ritmo de la ciudad, donde la paz es sagrada, para tratar de movilizar al conductor y que la plaza siga viva. Era, es Bolívar Vóley pertenencia e identidad de grandes y chicos en la ciudad. Pero el empresario, ya metido en la política de San Lorenzo de Almagro, había tomado la decisión de incursionar en el básquetbol profesional. Sus intenciones eran entrar directo a la Liga Nacional, pero la misma gente del básquet del club, gente en la que depositaba su confiaba, se encargaron de poner un freno: San Lorenzo necesitaba dar forma a la estructura de la disciplina. Por entonces el básquet no tenía ni una caja chica, no tenía directivos encargados del sin fín de trámites y situaciones lógicas de un equipo que aspira al alto rendimiento. Mientras el conductor ponía su corazón y el empresario su bolsillo, el por entonces Intendente de Bolívar, Eduardo Bali Bucca, tomó la decisión de sostener la plaza con la misma gente que había tenido Javier Weber. Fueron Rodrigo Martínez Grandos y Sebastián “Tortu” García quienes pusieron el hombro para una temporada en la que sabían no había chances de pelear alto. Pero el objetivo ahí era otro. Seguir más allá de la hegemonía que había plasmado UPCN Vóley. Demostrar que Bolívar era mucho más que un DT, mucho más que solo salir campeón. Mostrar que el proyecto y sus fundamentos seguían vivos.

Fue apenas un año de transición porque Javier Weber decidió volver. Entonces, el conductor, feliz, decidió volver a apostar sus sentimientos en el vóleibol. Weber, hoy en el Taubaté de Brasil, se encargó de dirigir al equipo y de gestionar el club junto a Martínez Granados y Sebastián García, quienes seguramente seguirán solos como lo hacen siempre que se termina la Liga. Les costó pero los resultados terminaron acompañando. De hecho Bolívar es todavía el último campeón.
El golpe de la salida de Weber esta vez le cayó como anillo al dedo a Marcelo Tinelli: las emociones del conductor se fueron al pasto y encontraron consuelo en la decisión del empresario, que en 2019 decidió apostar por el fútbol del Club Ciudad de Bolívar. Sus ganas en el fútbol y en la AFA ya son vox populi. Quiere llevar al equipo al Torneo Federal A y construir su poder para pisar cada vez más fuerte en el fútbol argentino.
Amén de ello, el viento sopla en contra. Llegada la primera fecha de inscripción sólo hay 4 equipos inscriptos para disputar la Liga (UPCN, Obras y UVT de San Juan y Ciudad). Hay otros 10 que manifestaron sus intenciones de jugar y tienen tiempo hasta el 2 de octubre para confirmar o no su plaza. El Presidente de ACLAV Pedro Bruno manifestó en junio sus intenciones de que la temporada comience en octubre. Ya se sabía que era imposible. Invitaron a cerca de 20 clubes. Muchos quedaron en el camino de manera temprana. Muchos aún no terminaron de pagar salarios en pesos de la última temporada. Las deudas en dólares… El rumbo de la Liga como producto es incierto desde hace mucho. No hay Plan de Marketing, la comunicación hace agua, las voluntades no alcanzan y el COVID profundizó la incertidumbre que reina en la ACLAV.
El viento así sopla hacia el sueño pendiente del empresario, ascender con el equipo de fútbol del club, tal como en algún momento soñó con el básquet azulgrana. Es una pena por la ciudad, por su gente, por quienes trabajaron tantos años por generar identidad, por apostar y permitir elevar la vara del vóleibol argentino. Y menos mal que aún queda un Ciudad, un UPCN, tal vez algún otro..
Lo único bueno para Bolívar, además de su gente, claro, es que la estructura la tiene. El cuerpo técnico está. Empleados capaces también. Jugadores le sobran para armar un equipo que pueda aspirar incluso a finales, aunque con modesto presupuesto. Le falta, ahora, el ánimo de su principal inversor, Marcelo Tinelli. Porque esta vez, la intención municipal, parece que no alcanzó.
Comentarios
