En las últimos días un insólito suceso revolucionó al deporte y a la política brasilera. Al opuesto Wallace Sousa, reconocido bolsonarista, se le escapó la tortuga de manera sumamente violenta para con el actual presidente de Brasil, Lula Da Silva, y tras el repudio unánime fue suspendido hasta nuevo viso por el Sada Cruzeiro.

“Daría un tiro en la cara de Lula con esa 12 (milímetros)?”, publicó en sus historias de Instagram la estrella brasilera a modo de encuesta. Más tarde hizo lo propio con los resultados obtenidos y demostrando alegría por los resultados.
El estupor y repudio no tardó en llegarle al autodeclarado bolsonarista, que debió eliminar la publicación y pedir disculpas tras la suspensión que le aplicó el Sada Cruzeiro por tiempo indeterminado.

Ana Moser, ex jugadora de voley del seleccionado brasilero y actual Ministra de Deportes, no tardó un segundo en marcar su posición: “Antes de ser atleta, el jugador Wallace es ciudadano brasilero y debe responder a nuestras leyes e instituciones”, publicó.
Tas la suspensión recibida por su club, que se hizo grande en el voleibol de la mano técnica de Marcelo Méndez y con el manejo del empresario Vittorio Medioli, también bolsonarista, a Wallace no le quedó opción que pedir disculpas y negar cualquier intensión de generar violencia.
El alcance de este acto fue tan grande que varios patrocinadores del Sada Cruzeiro y de la institución, que hace algunos meses regresó al Brasileirao (Primera División del fútbol), manifestaron su enojo. Incluso la oposición recordó que el atleta recibió 308.000 reales, equivalente a más de 60.000 dólares, desde 2005 cómo parte del programa de apoyo deportivo del estado brasilero.
En estos momentos el jugador, campeón olímpico en Río 2016, se encuentra suspendido y los directivos estarían buscando una solución cordial que implicaría una recisión del vínculo contractual.
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